miércoles, junio 10, 2015

HISTRIONISMOS

A dos pasos de mi calavera
Así tan cerca,
Así de cierto todo resulta
El concierto de alimañas disputándose la fe
de mis solitarias entrañas
Mi voz de cuero cimarrón
Mi valija de recuerdos extraños
Una lápida gris, pétrea
sinsabor, sin sol siquiera
La que ostentaría mi nombre
Es casi como una montaña
que vaga por entre infortunios enterrados
en el lodo de un inframundo
que no les vio nacer
ni les oyó soplar su primer quejido
 
 

Inerme contemplo mi estancia de bruma
Rostro aperlado de tintes egocéntricos
Falso
El rostro sin su alma
es una réplica imprecisa, burda
Una réplica barata
Hallazgo de diamante forjado
por un herrero de poca monta
La muda de piel de una culebra


A dos pasos de ella
Vacuo
De frente a los cielos
con la oración sufrida
con ojos temblorosos
Singular agravio a los sentidos
Dádivas ilusas a corazones ajenos,
lejanos, bufones
Vigilantes del andar
andar de parca
 
 

Como un gato pardo que anida en su paso a medias
Soy un déspota por obligar mi barco
a aguas tan turbulentas
Soy un ciego por creer en voces de papiro
Vacilo
así como el aire reniega del acantilado
Soy una calamidad para todos aquellos
que creen fervorosamente
desdichadamente
en flagrancia
Yo soy la sombra que queda de sus pesadillas,
un resto de carne entre los dientes
¿A dónde van los santos?
Los santos comienzan a abandonar mi templo
Los santos comienzan a partirse como tinajas de agua
Mosaicos de alabanzas infructuosas
Hierro de marca en la bestia
Los altares corrompidos colapsan
Se derrumban como moscas
bajo el aplastamiento de la verdad primera
Mi templo se derrumba, como castillo de naipes
como un glacial en deshielo
Entonces gallardo puedo vociferar a los cuatro vientos:
a mi lado puedes siempre venir
a mi lado siempre caminar
a mi lado contentar al enemigo y luego asestarle el golpe
Señora amiga muerte
De ti, que te conozco como al árbol del cerezo
no puedo esperar la lanza traicionera
ni el puño vano y cruel
Tú vendrás con ímpetu seguramente
Vendrás a destartalarme las costillas
A crujirme el corazón
cercenarme la memoria
desvirtuar mi andar de dos patas
Tu vendrás, siempre a mi lado silenciosa,
expectante, paciente,
compasiva algunas veces
Vendrás, vienes, estas viniendo conmigo
Pero me das el perdón que ha de dársele a los amigos
Sé que vendrás de tromba, rauda como la cascabel
Pero sabes como la certeza de un disparo que primero
has de esperar a que yo por fin
la ame
 
 

Para amar de verdad, hay que aprender a morir de verdad
El duende soñador, Junio 10 de 2015. Villa del Rosario.

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