viernes, junio 19, 2015

CAFETEADO

Con mis cafés defectuosos
con mi ánimo horrendo y piojoso
La mañana me levantó sin tus voces
apenas con la radio, un pitido insistente en el reloj
Con la pereza de un cautivador de nubes
preferí quedarme bajo el tacto de mis sábanas
Estas que aun huelen a ti
Necesito que tus caricias de salamandra
vengan a considerarme vivo
Como el café no repasa mis memorias
ni me calma el hambre
Entonces no encuentro sentido a contar
las galaxias que vas alambrando
Está latiendo la luna, como las aletas de un pez:
Respirando un sexo sin fronteras
Yo también la quiero, es más
Hasta la amo
Ruborizado
Sin jadeo
Acérrimo
Bravío
Defensor
Inquebrantable
Por tanto, nadie me va a quitar tu alba de nuevo 

Nunca jamás
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cuando fuimos palpito, fuimos ternura
Más dolido que una chicharra sin su Mayo
Hube de regresar a las flores
¡Vaya sorpresa!
¡También allí te hallabas!
En cada fragancia de espuma
En cada pétalo destemplado...
Se acabaron las dilaciones
Fruto de tus mañanas
Y cantaron los señores de las orquestas
los celadores cantaron, los cantineros cantaron
el repartidor de periódicos cantó
Nadie ya con sentimiento alguno de tristeza
Nadie ya con sentimiento de suicidio
Nadie ya con sentimiento de arrebato
Nos tomamos un café bajo la lluvia
Ganamos cada apuesta
Y fuimos solo tú y yo, juntos.
Un hombre, una mujer.
Así de simple.

Culminados los desaciertos, reunidos bajo la lupa, congeniando como los irreprimibles. ADn.
El duende soñador, Junio 19 de 2015. Villa del Rosario

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