viernes, junio 28, 2013

DE POCA FE

¿Con cuales ojos te arrojaste
en la leve bruma, que no atisbaron
el fulgor de este fuego propio
que, aún en su duermevela, te busca?

















Algunas veces las colmenas de tu piel
se dejaron invadir por el roce de mis dedos:
querían raptarte del malevo viento
rescatarte del hastío y exiliarte
a mis sueños vagamundos
De esta mezquindad y falta de juicio
suelo echar culpas a la sonrisa
desvergonzada de tu boca,
siempre la sonrisa...
Por eso procuré robarle los impacientes labios,
embadurnar de óleos sus pómulos y de jardines
fieros disfrazarle las mejillas...
Como un fantasma presiente al sol,
espada que se levanta entre el horizonte
para menguar el oleaje de las sombras,
me desvanecí con el destello del amanecer
que asomó en tus ojos calmos

Hazme saber cuando huyas de su luz
cuando el rumor que exhala el bosque
nos reúna en una galaxia
con la súbita violencia de incendiarnos
Porque de un soplido fuimos volcán
de un chasquido seriamos raíz / brote / principio
Cuando no sientas vértigo a caminar sin suelo:
flotar a veces es cuestión de olvidarnos
que existe la gravedad















Yo también estuve loco
cuando sin consultar al flujo planetario
permanecí arando las memorias de tus senderos,
sembrando tus valles de alquimia
A pesar del paraíso que nos fue negado
puedo vivir con el pecado de haberte conocido
sin tomar en cuenta del tiempo
las atrocidades a la carne
del juego la balanza corruptible del azar,
del alma su transparencia fatua,
aunque en las entrañas no haya revuelco
los peces no suelen ahogarse
permanecen pulsantes
como la sensación del terremoto
que se replica ante la mirada enajenante
de tus tímidos ojos que se me van
alejando
para adentrarse en una bruma que se antoja
cada vez más espesa
Yo me quedo en la brasa, insomne,
mirándote esfuminar tus huellas
con leve esperanza de
hallarte diseminada en el vahído
de algún ocaso.

A Heleanna (26.06.2013)