martes, abril 01, 2008

Mujer y el Universo



Veo a todas esas gringas fofas,
con sus pieles blanquecinas, como el mármol,
con sus brillos falsos,
sus atributos de goma,
tienen facciones lindas, si, pero
¡tan comunes!
llenas de refacciones, como un neumático parchado,
y repetidas,
como un puñado de arroces,
como resma de hojas de papel,
con sus ojos verdes,
repetidos como el pasto en la pradera,
o azulitos,
repetidos como el cielo mismo,
ellas no son nada,
nada especial,
simplemente gringas,
llenas de refacciones,
como un carro viejo,
pero en cambio tu...

¿Tu que eres?
¿Cómo se te puede definir?
¿Con qué se te puede comparar?
¿Será que acaso eres de otro planeta?



Tu, en tu piel de arenas venusinas se funden las estrellas,
con tus ojos forjados en los cielos de saturno,
observas el renacer de las galaxias,
con la boca maquillada rojo Marte,
en un beso despides al sol que se marcha a su crepúsculo,
tu cabello enmarañando lunas,
me enreda el alma con tu Universo y yo,
yo solamente con mis ganas de mirarte,
verte los viajes en cometa,
con mis ganas de tocarte,
abrirte más agujeros negros donde puedas escapar,
con mis ganas de sentirte
en los trazos de fresca brisa,
con mis ganas de besarte
en los labios de la gloria,
con mis ansias de amarte
y morir en pro de tu causa justa.



Y yo...
Yo con mis ganas de no añorarte,
pero he aquí que de brisa eres
y andas galopando el cosmos,
emancipada de las constelaciones,
ya ves que estas hecha de gloria,
esa que solo almas santas pueden alcanzar,
ahí tienes que viajas en los cometas
a velocidades ultrasónicas,
mira como te escapas hacia otras dimensiones,
por entre esos agujeros negros que yo tejo...
Y sigo amándote, amándote esa indiferencia.



Te me vas, te me vas,
como que no existís...
Tal vez en otro planeta...