miércoles, noviembre 22, 2006















HOY NO TENGO DONDE CORRER

Hoy no tengo donde correr.
La prisa se me ha trabado en la arena que, inclemente,
transcurre como si nada le importase el futuro.

Mis pasos amalgamados con mis huellas
ya no dejan su rastro, y paso a convertirme
en una mancha más entre la multitud.

Hoy mis manos no se conocen.
Entumidas, parecen olvidar todo lo que alguna vez
aprendieron a crear, para luego entregarlo en ofrendas.

Un norte que no conozco se aproxima
y trato de huir de su pérfida lengua,
pero allí me he dado cuenta que correr
no me servirá de nada,
pues no hay forma de escapar al destino.

El anuncio esta hecho, la suerte echada
y las sombras asignadas a cada quien.
Vago los días sin preocupación,
enclaustrado en la monotonía de un tren
que parece llegar siempre a la misma estación.

Añoro la simpleza de los momentos que viví contigo,
las acuarelas que teñían de multicolor los paisajes,
las canciones que aprendí a revivir y sentir como mías,
el deseo de libertad que se convertía en nuestra atmósfera.

Hoy mis pies están cansados de correr y perseguir
un futuro que no me muestra ápice de certeza.
Dejo caer mi entera humanidad sobre el trono de piedra,
y mirando a través del ventanal, sigo viendo al mismo Norte.
¡Sí! Sigue allí, impávido, al acecho, como un cuervo hambriento.

- ¡Esas balas no son para mi! Grito.
Lamentablemente es muy tarde.
Sus palabras ya hace rato que me han atravesado.

viernes, noviembre 10, 2006

CAMALEÓN
Tú nunca me vas a comprender...
Porque soy como un acertijo,
y con cada bocanada de aire que tomo,
muto en uno más.
Cambio de piel y creo estragos a diestra y siniestra
para que nadie me delate.
Suelo ser frío como una broma pesada,
pero cuando me enciendo,
ardo hasta el punto de convertir todo lo que toco en ti.
Y así voy construyendo mi armatoste, variopinto,
de escalofríos y sin sabores,
de hierbas y algo de metal,
pintado con lodos, adornado con cristales rotos,
tan complicado como un rompecabezas de piezas sobrantes.
Ya sé que te disgusta el no atinar,
y sin embargo sigo esquivándote, no me entrego aunque quisiera,
permanezco escondido entre la maleza de los días que transcurren
como ríos sin cauce.
Estoy desprovisto de tu cobijo, pero por ahora, solo por ahora,
así me siento bien.
Puede que mañana, o tal vez el próximo siglo,
busque nuevamente tu regazo para guarecerme...
Tú seguirás sin entenderme.

miércoles, noviembre 01, 2006

Seppuku

Lo que mana de cada hendidura de la tierra,
provocada por las dagas que han clavado en sus dominios
en cada intento errado por conquistarle.
Las raíces de las que brotarás como una nueva flor,
mientras en la hoguera, las brasas del carbón propician el calor adecuado
para fundir los 15 o más pliegues
de la matriz que conformará el alma sólida,
aquella alma que fue dos y se fundirá en una, de un borde filudo,
cortante, exacto, ágil, aniquilador;
y otro resistente, rígido, dúctil, protector,
cualidades forjadas en su belleza
¿Florecerán nuevamente los cerezos?
Puede que si, pero no sucederá hasta tanto
el invierno migre hacia otros parajes
y se oiga el trisar de las golondrinas,
anunciado con su canto la traición cometida
por la que el guerrero afrontará su anhelado destino,
sin temor de encarar la vida verdadera
que le espera al otro lado del camino,
un nuevo manantial de aguas frescas, un nuevo amo,
a quien le será fiel como el sol al día, como la luna a la noche...
Después de todo ¿Qué es la muerte? La muerte... solo un estado mental...