miércoles, mayo 13, 2015

NOSOTROS LOS INSURGENTES 

No puedo salvarte de lo que aprendiste a ser
Ni olvidarme de lo que me enseñaste a dar
Desteñirnos de tal manera
Contaminarnos con tal cobardía
Ser así de ambivalentes
Cuando hemos jurado lúcidos
que cruzamos por jardines de hierro
Sería el peor error de nuestras vidas
Negarnos a la sangre
Mentirnos el retorcijón de estómago
Ocultarnos de nuestras carnes

 






Como los hombres temerarios afirman
nuestro tiempo no es una esquirla
Nuestro tiempo recién comienza
Los del pueblo nos mentan
como a los recién llegados
con sus cruces de panela
nos llevan enjutos como una procesión
de cocuyos de luces acaso vencidas
Somos los ajenos al campo
los lijapisos, pisapasados
No somos tan bienvenidos en estas fuentes
No hemos sido invitados a beber su agua
Quedaremos como los símbolos sobre las piedras
Vituperados

Nuestro tiempo recién comienza
No lleva canciones alivia pobres
No pretende ser la cura a los males de este siglo
tampoco del siglo venidero
Ni respuesta a las derrotas
Ni asidero para los sepultados
Con la fiebre renovada
Con el delirio de nuestros bríos
Asomémonos a la calle para encontrarnos
Ya basta de este juego tan infantil
De los escondites, las calabazas,
quebrar piñatas, recolectar sorpresas
Fíjate que llevamos estos labios de arcilla
lo suficiente erosionados
Asomémonos a la quietud que finge
el caudal apocado del riachuelo
y dejémonos navegar aunque sea por este rato
 

Somos los revelados, los anticuados canta canciones
Los que no podemos ejecutar a látigo
el desmán vibrante del pecho
No puedes salvarme de lo que siento ser
No puedo darte sino una aventura libertaria
Con historia descompaginada
Resumida a nuestras bocas
Pero tienes que venir
Como una tromba tienes que venir
Como un caimán a rebatir su presa
Con tus calles plagadas de huellas
Con tus pestañas altivas
Con los besos iracundos
Tienes que venir
Con tu tiempo renovado
Con las manos dispuestas a atraparnos
Tienes que venir con cautela
Porque yo ya estoy yendo y de pronto
nos cruzamos en el camino
Y como sucede con los nombres rotos
sería insensato terminar perdiéndonos



Por haber propiciado el reencuentro de nuestros bestiarios, a usted Miss A.D. (06.05.15, Villa del Rosario)

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