And we kissed, as though nothing could fall
And the shame was on the other side
We can beat them, for ever and ever
Then we could be Heroes, just for one day
David Bowie, Heroes.
¿Cómo os halla la fiera nocturnidad?
Bajo una matica malpiensan los husmeadores
Cerrando la boca a los de letra floja, con maternal misión:
derrocar los vicios de los amos masificadores de las
mentiras
inyectar en sus tronos de malicia, la astucia del vivo en
pecho frío
ahogarlos en aceite de medusas, como en una inquisición
moderna
¿A qué huele de repente la noche, tú taciturna bestia que
todo lo embelesas?
Hubo horas en que los olores te reprendieron, se instalaron
en tu melena
te arrojaron hacia las galaxias desconocidas a nuestros
semblantes
Olores inexplorados que descienden por la lengua a privarnos
de los muros
que nos amenazan esclavos
¿A qué huele de repente la noche, tú taciturna bestia que
todo lo embalsamas?
¿A conocimiento pleno de lo absurdo?
¿A libertad mal comprada?
¿A consignas fúricas con ambición de derrumbar barreras?
Fue una libertad más cordial la que reconociste desde mi
olor a desprendimiento
Vino a recordarte que aún eres humana, lasciva, imperfecta
Que hayas en las venas de la tierra algún lugar, algún día
aquí
más tardar un allá, en donde estarás acompañada de tus
ciervos
como en tu propia Atenas occidental
Del poder todo desconocemos, menos sus fauces consumientes
el afilado colmillo del deseo, la posesión de nuestra mente
que nos envía a la montaña de la locura
Mandamiento Nº 1: Ser sabios como el ojo del tigre, ser agudos
como los dientes del tiburón
Locos no podemos ser todos los que deambulamos con nuestra
canastica de baratijas, perpetuando el tiempo
con los cuerpos a tientas en la calesita de media noche
¡No! Locos no pueden ser todos aquellos que como tal se
reconocen
Los locos realmente se ignoran a sí mismos en su banal
condición
Se lamen como los gatos para saber del sudor de las condenas
¡Porque solo así han de ser felices amor mío, llanto junto,
noche plana!
Pretender tenerte no tiene lindero con detenerte como espada
en el útero
de la suerte
Contener tus brazos solo me llevaría a mi propia prisión de
cal ametrallada
Las explicaciones se iniciaron sin ánimo de coartar tus
pestañas con alas, sino de mi alma
Porque las montañas hablan cuando no queremos escucharlas
entonces permanecer sordos es de tristes, porque nos dejamos
ignorados
Son dibujitos de maticas ensombrecedoras, con las hojas
pintadas como por niños de pizarrón
Está en el viento la tonada del labriego, en ese viento que
viene a calcinarnos
¡Ahí está la libertad mancomunada del hoy!
No hay que irse a donde no se quiere, mejor quedarse a lo
que quiere recibirse
¡entonces no me muevo amor mío, no me muevo, quedo como en
la foto de la baraja!
Espérame, fuera de la bruma del candil, del vapor de los ferrocarriles,
de la musa viva
dios nos escupe su petricor lancino, es un anuncio bien
recibido del sentido en que las cosas fluyen pese a las mareas
como en carrera hacia la vida
¡Libre! como la liebre gris que recurre al sonar de su piel
aborigen
Así como la luna de sombrero terciopelo se hunde en el
firmamento con nubes negras: ¡así vos!
Pariendo estoy un beso para que se refugie detrás de tu
alma: allí donde se esconde el corazón
¡Alabado sea el señor de las máquinas de mil agujas que
inyectan su pasión de tinta inexpugnable!
"¡Qué rico cerrar el día abriendo espacitos placenteros con vos!"
El duende soñador, Andrea Dukon (Autoría conjunta). Junio 3
de 2015. Villa del Rosario.
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