martes, junio 30, 2015

30 IMPLOSIONES EN LOS SITIOS DE UN LUGAR LLAMADO JUNIO

 













hincarse
coser
todos sentados a la mesa
el caos se comparte sin temores ni tenedores
coser
temblar
donde los campos están minados
los hombres no podemos caminar
porque entonces volaríamos demasiado alto
sin chances de aterrizar
algunos pensaron que yo escribía puras babosadas
algunos pensaron que escribía para descoserme la boca
algunos pensaron que escribía para ligarme carajitas
para luego cogérmelas
esos algunos, todos, estaban en lo correcto
yo no corro, yo no juzgo
yo soy agua, soy como cualquier otra nariz
huelo
huelo a las vírgenes
huelo a las putas
huelo a las francas
huelo a las astutas
huelo a las que aman
huelo a las que odian
huelo a las que engañan
huelo a las que se sacrifican
huelo a las que merecen ser idolatradas
todas huelen de la misma manera
a mujer
yo pensaba que escribía para exorcizarme
yo pensaba que escribía para deslastrarme
yo pensaba que escribía para ser franco
yo pensaba que escribía para descoserme
yo pensaba que escribía para cogerme carajitas tontas
yo pensaba que escribía para acompañar al café
yo pensaba que escribía para jamás cerrar los ojos
para jamás vagar como un toro sin pitones
hacia la muerte del capote y la espada
así como vagan todos los demás conformistas
yo pensaba que escribía para parecerme a un vendaval
y mojarlos a todos con mis llagas
eso todo que pensaba, no era así
yo escribía babosadas porque me daba la puta gana
ahora que sufro de sucia acidez carcomiéndose la entraña
sigo escribiendo como lo que siempre he sido:
un mero pendejo
pero sé que mientras escriba
para ligarme una carajita tonta
para cagarme en la calle, como cualquier otro loco
para rascarme las pulgas del lomo
para violar las normas de la privacidad
para reírme de las reglas de la melancolía
para aparentar ser un mosco de esos, insoportables
para recurrir a mis propios atenuantes
para jactarme de sembrar mis egos
para matar de pronto el aburrimiento de otros
para que me cierren la puerta prohibida a los borrachos
para despuntar los bordes de cada estrella
para decirle de tanto en tanto a la que me pario
y a la que me amó
y a la que amé
y a la que amo:
que la amo
mientras escriba así, con tanta patanería
nadie que me envidie
vendrá a decirme que me calle
porque ¿qué tal si me da la gana
de vivir el resto del año?


Un cometido, treinta balas ¿cuántos muertos?
El duende soñador, Junio 30 de 2015. Villa del Rosario.

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