El Reflejo del Tigre
Ni el tigre que rugía en las venas
ni su confiado andar que era el viento
ni los hoscos devenires del desconsuelo
ya ni siquiera la amenaza breve
Se va diluyendo en su realidad
que el sueño termina y la claridad se cierne
que ya no se cree un alter ego
ya es él, no aquel ideal
Es ciego, y de fe ciega
es imperfecto, pues así lo forjo su esperanza
es su propia ilusión y ansia perderse en ella
para no volver
para no avanzar
para no quedarse
El futuro le atiza a la tristeza
la tristeza que fue ayer
el ayer que se instala en sus horas
y así las horas no transcurren
se apelmazan
se ciñen a la memoria
Como si arrancarse la calma fuese así de fácil
¡Calla!
tu no sabes lo que dices
y yo estoy más mudo que cuando te conocí
y así, mudo, he de quedarme
Déjame tu silencio para imitarlo
déjame tu voz para regar los lirios a tu partida
déjame llorar un poco para apagar mis manos
déjame volver al frío
para terminar de roer al espíritu maltrecho
que no acata fin en su porfía
déjame un pedazo de tu vientre
para sembrar su candor en tierras amargas
y que así renazcas en tu paz, en tu dicha
y así tu grandeza mutile mi razón
y me devuelva al sueño
Puedes irte con tus historias
puedes llevarte todas mis trincheras
puedes dejarme tu latir exánime
vete con la opaca tranquilidad
que de cualquier manera
las hojas quedan manchadas de tu charol
marcha a tu horizonte difuminado
que ya antes he sentido la amargura
enraizándose a mi pecho
Era el tigre que corría en mis venas
era su rugir sin pretensiones vagas
era su presa atemorizada
era mi fin, con su principio...
fue la luz que me llamaba al sol poniente
la niebla que me enseñaba el camino
los pasos que me cuidaban del tropiezo...
Era el tigre que se refugiaba en mis entrañas
y ahora solo queda el tegumento de una bestia indómita
que se desmorona como la vida y sus alimañas
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