viernes, noviembre 16, 2007

Un Lamento Mudo



Mudos palidecen en procura de sus recuerdos.

Sus ojos fijos, observan la eterna cadencia de la ignorancia propia,
y dentro de sí mismos, escarbando esta un sentir herido, un poco malogrado,
pero lleno de curitas que han cumplido su papel al hilo: Sanar.

Mudos, como dos rocas sordas, empeñados en silenciar el tintinear del oleaje...
Transcurre otro silencio, hondo, tembloroso, un instante sordo que llama a los elegidos,
los cubre con su nube de vahído,
dos silencios, profundos
Uno tuyo...
Uno mío...

¿En que rígida vara te encuentras tu, equilibrándote?
¿Cuándo dejaré yo de tambalearme como un tonto entre tus maneras?



¡Ay del hombre cuando es mudo!

¡Ay del hombre cuando rompe su silencio!
¡Ay de mi, que he estado dispuesto, a punto de hacerlo!
¡Ay de ti, por lo que habrán de digerir tus oídos y tu palpitar!

Mejor, algún día inventaré un canto extraño, que te circunde,
que te hable por mi, un canto inteligible, no este chapurreo inane...
En una confesión perecerá ese grito franco, pues, al fin y al cabo,
solo será una tímida caricia, que te flanqueará el alma.

Yo solo quiero que en tu albur permanezca una huellita mía,
que de tu mente no desvanezca alguna remembranza buena que te haga sentir cerca de mi,
que tu sepas lo que ya sabes, pero que yo quiero decirte,
que yo procuraré no volverlo a repetir tan fuerte...
solo un poco quedo, para que tu no termines de enterarte,
solo un poco suave, para que no creas que es mentira,
tal vez en cascadita, para que nunca se te olvide...



¡Ay de ti que no conoces cuanto invade mi tristeza!
¡Ay de ti que aun no sientes como afianza mi alegría por vos!
¡Ay del mundo, que yo no deseo descubrir tu llanto!
¡Ay de mi si no presiento esa mirada sincera!
¡Ay del hombre, que por fobia al temblor, no agita sus palabras
y se queda solo, mudo, encerrado en un "pudo ser", condenado a su evocación!
Ay mi vida, linda que has sido conmigo ¡Que escaladas que propones!
¡Y yo que incauto, las acepto!
¡Ay corazón mío, esta mudez es muy lenta, pesada y apesadumbrada!
¡Ay que a su lado, o alejado, permanece inmaculado este berretín!
¡Ay silencio, como me revientas!
En cambio tu, ¡Mira que sos duro de reventar!




4 comentarios:

Mallén dijo...

A veces las mujeres sabemos mucho y nos da por callar ante la evidencia... Las agonías eternas son las peores, querido. Y es mejor la realidad, gloriosa o desventurada, que el sueño angustioso e inconcluso.
Ah, y de tanto subtexto multicolor, pues aun ando medio mareada, jajajajaa...

El Duende dijo...

Mallén: Tu siempre tan especial, gracias, muchas gracias por el comentario. Tienes razón, mejor amar, aun sufriendo, que nunca haber amado, y mejor hablar - aunque sea un riesgo - que morir callado.

Ojalá funcionen tus ayudas con las velas y los santos, jeje. Y gracias de paso ;).

Un abrazo.

El duende

Anónimo dijo...

Qué tal?
Estaba revisando algunos blogs y me encontre con este que me gusto mucho, pero algo que atrajo mi atención fue las letras de colores de este en particular, y me puse a la tarea de desifrarlo y queda con una duda, es un mensaje subliminal para alguien?

Está muy interesante tu blog, volveré a darme una vuelta.

El Duende dijo...

Saludos Sr. Anónimo.
Me alegra que te haya gustado el blog, eres bienvenido cuando lo desees.
Y lo del mensaje oculto, no es nada subliminal, más bien dígamos que es un poema dentro de otro poema, y a la vez, ambos son el mismo poema. Y bueno, ambos y uno solo son para la misma persona, en efecto, una mujer, una muy especial para mi.
Espero haber dado respuesta a tus preguntas.

El duende