
La Hojarasca
Seguiré caminando,
y, a medida que avance, iré borrando los pasos que atrás he dejado.
Puede que así, finalmente encuentre aquel lugar...
Es un paraje solitario, bañado por calidos colores y un olor a bienvenida.
Allí recrudecen los lamentos y se hacen más largas las horas,
y bajo árboles desechos por la estación,
yacen las hojas que cubren el pasadizo secreto.
Solo yo he estado allí, y desde allí he invadido sueños ajenos.
Por ese pasadizo suelo escabullirme hacia ti
para invitarte a soñar juntos.
A medida que me acerco, mis parpados se van cerrando, pesados como rocas;
el letargo empieza a invadirme lentamente, y cesa mi caminar.
Ya me encuentro listo y me apresto a iniciar un nuevo viaje hacia la psique
¡Cuantos deseos allí reprimidos! Es hora de liberarlos, sacarles los grilletes,
sin importar que no se cumplan, luego buscaré otros modos, pero esta vez no permitiré que se queden estancados,
sin transmitirse. Esa es mi misión principal.
Solo así te impregnare de ellos para que sepas cuan grande es mi afecto y devoción hacia ti.
Mira los escenarios que he pintado en las paredes de mi inconsciente,
sin fronteras, sin prisa ni calamidades,
justamente como a ti te gustan.
Ahora acompáñame a ver los acantilados y saltemos, sin temor que no habrá riesgos.
No te preocupes por el vacío, las corrientes suavizaran nuestra caída.
Solo quiero que veas como hierve la sangre que atesoro
y observes las huestes de mis sentimientos fundiéndose con tus alboradas.
Esta es tu leyenda, nuestro sueño su progenitora.
Mientras cada luna se desvanece, tu te preparas para el retorno.
Yo quizá me quede aquí, cuidándote en tu ausencia, esperándote con esas ansias que se acrecientan
a medida que se intensifica el crepúsculo.
Y tu allí tendida, dormitando sobre la hojarasca.